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«He cambiado totalmente la formación aunque los motivos no le interesan a nadie»

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1993 está siendo un año complicado para Extremoduro como banda, aunque Robe se encuentre en uno de sus mejores momentos creativos. La revista Metal Hammer entrevista al extremeño y éste habla de los directos de la banda, del nuevo disco ‘¿Dónde están mis amigos?’ y de otros futuros proyectos.
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La formación de Extremoduro antes del verano de 1993, aún con Salo. / METAL HAMMER

PRIMERO FUE EL batería Luis Von Fanta quien abandonó el barco. Al de poco fue el bajista Carlos ‘el Sucio’. El último y más reciente ha sido el guitarrista Salo, quien no ha llegado a participar en la grabación del último disco de Extremoduro. Todo esto ha traído consigo una manera un tanto caótica de afrontar algunos de los conciertos en estos últimos meses. Cuando se le pregunta por ello, Robe se defiende y dice que es su manera de hacer y que no puede cambiar, aunque lo cierto es que en poco tiempo comenzará una nueva etapa en la que todo se hará de una forma mucho más profesional. Y es que 1994 también será un año largo y complicado…

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Septiembre de 1993. Texto y fotografías: Pedro Giner (Revista Metal Hammer nº 71, publicada en septiembre).

MARGINACIÓN ENTRE AMIGOS

La reputación transgresiva y anárquica que Roberto Iniesta se ha ganado a conciencia como líder de Extremoduro encontró una nueva dimensión durante este 1993 cuando, por unas u otras razones, ha visto cómo todo su equipo humano tomaba las de Villadiego. Esto no ha sido obstáculo para interrumpir las actuaciones en directo: en tiempo récord rehizo su banda con nuevos músicos que encontró en Rubí (Barcelona). Iniesta sigue en las suyas: dice hacer las cosas de la única manera que sabe. Al que le guste, bien; al que no…

Revista Metal Hammer nº 71¿Qué resumen se puede hacer de la actividad de Extremoduro desde que salió Deltoya?
«Ha pasado de todo. He cambiado totalmente la formación, aunque los motivos no le interesen a nadie. Creo que estas cosas no son de la incumbencia de la gente. Yo hago las canciones, las letras, canto y toco la guitarra, así que este es mi grupo. Cada uno ha tirado por su lado y yo seguiré con mi historia. Hay una razón diferente para cada uno de los que se ha ido pero no voy a hablar de ello. [nota de giveevig: según una entrevista a Robe en El Huevo Gordo, el primer concierto en el que Salo no estuvo fue el pasado julio en la sala Vértigo]. En cuanto a las ventas del disco anterior, no sé cifras reales porque en la compañía cada uno dice una cosa distinta, así que no hay manera de saberlo con seguridad. Lo que está claro es que a todos los sitios donde vamos hay lleno. Eso es que el disco ha vendido bien… ¡o que lo ha grabado un montón de gente!».

¿Cuáles son tus nuevos acompañantes?
«Tenemos dos bajistas, aunque suene raro. Son Miguel y Ramón, y todo surgió de forma natural, ya que estaban alternando en los ensayos y en una ocasión probamos a ver cómo sonaba así y nos gustó. ‘El Moja’ es el nuevo batería y el guitarrista Eugenio se ha incorporado recientemente».

¿Qué nos cuentas de ¿Dónde están mis amigos?, el cuarto álbum de Extremoduro?
«Yo le había propuesto a la compañía grabar mi primer disco en solitario pero DRO quería darme una sola semana para grabar y mezclar. No quería hacer una chapuza, de manera que he preferido grabar otro disco con el grupo. En realidad, si por mí fuera, grabaría un disco cada dos meses. Compongo mucho y muy rápido. Además, necesito trabajar, si no me doy a la mala vida. De hecho, en octubre saldrá otro álbum en el que he trabajado con varios amigos: el saxo de Reincidentes; Iñaki, guitarrista de Platero y Tú; Dieguillo, bajista de Quemando Ruedas; y Gari, batería de Quattro Clavos. El grupo se llama Pedrá y saldrá en octubre por Discos Suicidas. [nota de giveevig: finalmente no será así; el proyecto de Pedrá se publicará en febrero de 1995]».

«También me gustaría hacer un disco en el que recitara Manolo Chinato, el poeta que a veces nos acompaña en directo. Todavía más: hemos grabado un vídeo en directo en Cenicero, un pueblo de Logroño. Lo publicará igualmente Suicidas».

Selu de Reincidentes y el nuevo guitarra solista de Extremoduro, Eugenio, en un concierto

Selu de Reincidentes y el nuevo guitarra solista de Extremoduro, Eugenio, en un concierto. / METAL HAMMER

En los conciertos de la banda hay un gran campo para la desorganización.
«Cada día es algo diferente. Nunca se sabe si me voy a saber las letras o no. Este año he hecho dos discos, ¿tú te crees que me voy a acordar a estas alturas de lo que dice La hoguera? Yo salgo a tocar y las cosas salen como salen. Es mi forma de hacer, al que no le guste que se joda. Tengo una manera muy perra de cantar y tocar pero es que no puedo hacerlo de otra forma».

¿Comprendes a quienes opinamos que Extremoduro en directo es un caos?
«Extremoduro ha sido siempre así, provocamos pasiones extremas. Sé que opinan que Roberto no sabe ni cantar ni tocar y que mis letras son una mierda, pero también hay gente capaz de hacerse quinientos kilómetros para venir a vernos. Prefiero juntarme con los que dicen que lo hago muy bien. Voy a seguir siendo así, no puedo cambiar… Puedo intentar beber menos antes de los conciertos, pero por lo demás…. No hace mucho se publicó que había muerto en dos ocasiones, una desde Madrid, y otra desde Bilbao. Incluso tenían grabado un homenaje póstumo desde una emisora de radio… Creo que los medios de comunicación tendrían que ser más responsables».

La mala reputación de Extremoduro provoca que el grupo siga vetado en las contrataciones de ayuntamientos extremeños. ¿Ha habido más problemas de ese tipo o incidentes en los conciertos que echen abajo otras contrataciones?
«No, los incidentes se producen por una mala actitud de los músicos o por un mal comportamiento de los de seguridad. Nosotros permitimos al público subir al escenario, hasta que ya es demasiado y les pedimos que bajen de nuevo o incluso otros espectadores piden que vuelvan abajo a aquellos que habían subido. Lo que no permitimos es que nadie se cuele en nuestros conciertos. Por otro lado también hemos controlado el precio de nuestras entradas: como máximo ha llegado a 1.500 pesetas y lo normal es que no supere las 1.200. Hemos estado compartiendo cartel con Reincidentes, Platero y Tú, Quattro Clavos y, ahora, Boikot».

¿Algo más para finalizar?
«Sí, déjame que explique un par de cosas para que la gente de Extremoduro no se confunda. Avispa vendieron nuestra primera grabación a unos fabricantes de cintas, porque no se le puede llamar compañía de discos a eso, con una portada muy parecida a la de nuestro segundo disco. Paco Martin que está en Pasión, ha reeditado en compacto y en cassette Somos unos animales con una portada distinta, con que algunos se han creído que se trataba del cuarto elepé de Extremoduro. Habrá quien piense que esto depende de los músicos pero quiero dejar claro quiénes son los responsables».


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Anuncio de la publicación de ¿Dónde están mis amigos?.

MÁS:

– Otra entrevista a Robe de esta época (blog ‘La ley de Extremoduro’) | Link

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